Pautas para una vida saludable

Evita la obesidad

El exceso de peso es un factor de riesgo con un nivel de evidencia científica convincente respecto al desarrollo y crecimiento de determinados tumores malignos como el de mama en mujeres tras la menopausia, colorrectal, endometrio (útero) y riñón.

Haz más ejercicio

Una vida activa físicamente puede proteger, fundamentalmente, frente al cáncer de colon y de mama. Además, la actividad física regular contribuye a mantener el peso en los límites adecuados.

Realiza una dieta sana y equilibrada

Ningún tipo de alimento, por sí mismo, es capaz de aportar todos los nutrientes en las cantidades necesarias. Es aconsejable mantener una dieta variada, en la que se consuman los distintos alimentos en las proporciones adecuadas.

Más fibra, fruta y verdura a diario

Las dietas ricas en cantidades abundantes y variadas de frutas y verduras evitarían un 20% o más de todos los tipos de cáncer.

Menos grasa

Se aconseja que la ingesta de grasa diaria no supere el 30% de las calorías totales, y preferiblemente, que sea de origen vegetal como el aceite de oliva. Con esta medida reducirás el riesgo de aparición de enfermedades crónicas como la obesidad, alteraciones cardiocirculatorias, cáncer, etc.

Azúcar, el justo

El consumir cantidades importantes de alimentos con azúcares añadidos puede contribuir a la aparición de sobrepeso y obesidad y, por tanto, aumentar el riesgo de padecer cáncer.

El alcohol, con moderación

El alcohol no se considera un alimento, ya que aporta pocos nutrientes, sin embargo proporciona gran cantidad de calorías (calorías vacías). Un consumo elevado puede derivar en problemas serios para la salud como alteraciones en el hígado (cirrosis), inflamaciones del páncreas (pancreatitis), cánceres del aparato digestivo, y problemas psicológicos y sociales.

Recomendaciones para vivir más y mejor

Dieta Mediterránea

Una de las dietas más recomendadas, según numerosos estudios, es la dieta mediterránea ya que el consumo de grasa suele suponer menos del 30% de la energía total.

  • Aporta los alimentos necesarios en la proporción y cantidad adecuada.
  • Favorece que el organismo funcione correctamente, y la persona pueda llevar a cabo una actividad física en función de la edad y el trabajo que desarrolle.
  • Permite mantener un peso estable y prevenir enfermedades tanto carenciales como crónicas.
  • Empleo abundante de frutas frescas y verduras, por su gran disponibilidad y variedad. Lo que supone un importante aporte de vitaminas C, E, carotenos (antioxidantes), minerales, fibra (factor fundamental en la prevención del cáncer de colon) y sustancias no nutrientes.
  • Bajo consumo en carne roja, tomando fundamentalmente carnes magras y jóvenes. Esto supone un menor aporte de grasas saturadas en esta dieta.
  • Aporte elevado de legumbres, que poseen un alto contenido en fibra y proteínas y bajo contenido en grasas.
  • Gran consumo de pescado, siendo éste en gran medida azul. Lo que indica un alto contenido de grasas poliinsaturadas y calcio en la dieta.
  • Alto consumo de aves, que contienen poca grasa y se ha visto que  la ingesta de esta carne no está relacionada con el riesgo de cáncer.
  • Elaboración de los platos con aceite de oliva, que proporcionan grasas monoinsaturadas  y vitamina E (importante antioxidante).
  • Aporte importante de cereales e hidratos de carbono, suponiendo aproximadamente más del 60% de la energía total ingerida, con bajo consumo en azúcares simples.

Ejercicio físico diario

No importa la edad a la que comiences a realizar ejercicio, siempre obtendrás un beneficio frente al cáncer. Además, controlarás el sobrepeso, reducirás el estrés, mejorarás el estado de ánimo y aumentarás tus relaciones sociales.

  • En adultos: es recomendable que realicen ejercicio moderado al menos durante 30 minutos, cinco días a la semana.
  • En niños y adolescentes: es recomendable al menos 60 minutos.
  • Sube y baja escaleras a pie. Evita el ascensor y accesos mecánicos siempre que puedas.
  • Si es posible, ve andando a tu trabajo. Si utilizas metro o autobús bájate una parada antes y finaliza el trayecto a pie.
  • Cuando estés viendo la televisión, aprovecha para hacer ejercicio (bicicleta estática, por ejemplo).
  • Elige el deporte que más te guste e intégralo como parte de tus actividades diarias. Si lo que te gusta es el baile, también es un buen ejercicio físico.
  • Cuando camines por la calle, hazlo a un paso ligero.

Evita la exposición excesiva al sol

Es especialmente importante proteger a niños y adolescentes. Las personas que tienen tendencia a sufrir quemaduras deben protegerse del sol durante toda la vida.

  • Evita tomar el sol en las horas centrales del día (12-16 h).
  • Utiliza camisetas, sombreros de ala ancha y gafas de sol.
  • Evita largas exposiciones al sol (incluso utilizando protectores solares) y adquiere el bronceado de forma progresiva.
  • Usa el protector solar apropiado a tu tipo de piel y al índice de radiación ultravioleta (UVI) al que vayas a estar expuesto.
  • Extrema las precauciones en caso de los niños y ancianos.
  • Vigila los cambios de color, forma o tamaño de pecas o lunares.
  • Ante cualquier duda consulta con tu médico.

El tabaco

Dejar de fumar es una de las iniciativas más importantes que un fumador hará jamás. Este hecho, que es válido para todas las personas que fuman adquiere una importancia especial si además ha sido diagnosticado de cáncer.

Si eres fumador, ahora más que nunca, ha llegado el momento de dejarlo. No será fácil, pero tienes motivos fundamentales que te ayudarán a conseguirlo.

Los estudios muestran que, una vez que un fumador ha sido diagnosticado de cáncer, dejar de fumar puede resultar muy beneficioso. Seguir fumando puede reducir la eficacia del tratamiento y empeorar los efectos secundarios de los tratamientos. También puede incrementar las posibles complicaciones, principalmente después cualquier tipo de cirugía, ya que el proceso de cicatrización es más lento entre los fumadores.

Cuando un fumador tiene cáncer, independientemente de que la enfermedad se encuentre o no relacionada con el hábito de fumar, tiene mayor riesgo de contraer otro cáncer en el mismo sitio o en otra localización, si no deja de fumar. El riesgo de contraer otro cáncer puede persistir hasta 20 años, aunque el cáncer original haya sido tratado con éxito.

Dejar de fumar ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen un cáncer. Al abandonar el tabaco, notarán importantes mejoras en su salud en general.